LA
MERCANTILIZACIÓN DE LA SOLIDARIDAD
UBICACIÓN
DE UN PROBLEMA
En
los primeros días de diciembre del 2012, luego de los ataques
verbales y descalificaciones pronunciados por el dirigente de una de
las CTAs el compañero Pablo Micheli contra los dirigentes del
sindicato del subte (AGTSYP) se abrieron una serie de debates que
terminaron expresando una clara definición sobre cómo se entiende
el concepto de solidaridad entre trabajadores.
Como agravante, encontramos que estos
ataques de esa fracción de la CTA contra los luchadores del subte
ocurrieron en el mismo momento en que se desarrollaba un feróz
conflicto de los trabajadores contra la empresa Metrovías, el
Gobierno de Macri, y la patota de la UTA.
Es
en un reportaje en America TV en el que Pablo Micheli enuncia el
apoyo y ayuda brindada a la organización sindical del subte por
parte del nucleamiento sindical que él conduce. Luego de enumerar
los volantes y publicaciones financiados, las veces que se prestó el
auditorio de ATE, Micheli plantea: “¿y
cómo nos
pagaron? No
apoyando nuestra
protesta del
20 de
noviembre del
2012....”
Este mismo concepto se repitió en un
comunicado emitido por FeTERA Flores, titulado “En defensa de Pablo
Micheli” al plantear que esa fracción de la CTA hizo muchísimo
por los compañeros del Subte, pero que luego se ubicaron en otro
lugar, no actuando por el paro que desde su sector sindical
convocaron junto a los dirigentes Moyano (CGT), Luis Barrionuevo (CGT
Azul y Blanco) y Buzzi (FAA).
Desde
la
Comisión
Gremial,
desde nuestra
experiencia
de años
lucha
en
el
gremio
mercantil
y
desde la pelea por
los
puestos
de
trabajo
en
La
Toma
o
en
otros
supermercados,
ha
sido
muy
recurrente
que
nos
plantearan:
“Nosotros que estuvimos
en el primer momento
bancando, ahora vienen
otros a usar el
lugar y subirse”...
Acusándonos
por
abrir
el
establecimiento
ocupado
por
sus
trabajadores
y
en
lucha
contra
el
desalojo,
a
que
además
de
ellos,
sea
utilizado
por
otros
compañeros
y
compañeras
que
no
comparten
sus
ideas
y
sostienen
otras.
En
una
oportunidad
un
dirigente
nos
planteo
que
“como estuve desde
el primer tiempo apoyando
yo tengo derecho a
usar el nombre de
La Toma en las
convocatorias que yo apoye”.
Recordamos
que en ocasión de
uno
de los
encuentros
de
fábricas
ocupadas
y
trabajadores
en
lucha
un
compañero de una textil ocupada le
respondió
con
sencillez
a
un
dirigente
de
un
Comité Central
de
un
partido
de
izquierda
“Uds nos apoyan
y nos sacan por
todos lados mientras les
decimos que sí a
lo que Uds proponen...
Ahora, en cuanto opinamos
distinto a Uds. se
enojan y no nos
dan más apoyo de
ningún tipo...”
No queremos abrumar con ejemplos de
experiencias en las cuáles el concepto sobre la solidaridad que tan
claramente definió el compañero Pablo Micheli se ha venido
expresando y manifestando como práctica corriente y casi mayoritaria
entre organizaciones y militantes del movimiento obrero y popular.
Es decir para muchos compañeros, el
otorgar solidaridad a un sector de trabajadores o compañeros en
lucha genera un “valor” que debe ser pagado, casi que consideran
a la solidaridad como un “bien de cambio” que se corresponde con
una obligación de acompañar movimientos posteriores.
Este concepto y ejemplos de este tipo,
que seguramente cualquier compañero militante encontrará muchos
más, nos impulsan a plantearnos los siguientes interrogantes:
¿El haber apoyado una lucha genera
una obligación de contraprestación en acompañamiento ideológico a
la parte que recibió la solidaridad?
¿El creer que se ha sido
solidarios con un conflcto desde un tiempo calendario supuestamente
anterior a otros, otorga derechos que imponen condicionantes sobre
las decisiones de ese colectivo en lucha desde ese momento??
¿El apoyar una lucha, otorga
derechos sobre el futuro de la misma o genera responsabilidades?
¿Es
acaso
la
solidaridad
un
bien
cuyo
valor
– como
dice
Micheli
– “debe ser pagado”?
NUESTRA POSICIÓN AL RESPECTO
Consideraríamos lamentable, tomar
esta necesaria reflexión sobre un tema tan extendido e incorporado
en la práctica militante, como si fuera una polémica
descalificante contra tal o cuál compañero.
Planteamos este problema porque
consideramos que analizar colectivamente esta cuestión, puede
ayudarnos a fortalecer las relaciones fraternales entre militantes y
organizaciones del movimiento obrero y popular, en un tema
fundamental para enfrentar o confrontar con las situaciones de
adversidad que soportamos los trabajadores cotidianamente.
Por
eso
estamos
convencidos
que
sostener
esta
idea
mercantilizada de
la solidaridad
es
un
grave
error
que
nos
perjudica
a
todos,
más
allá
de
los
alineamientos
o
posiciones
que
sustentemos circunstancialmente.
Nos proponemos mediante estas líneas
aportar al debate sobre el tema, ya que de nuestra parte y en nuestra
acción hemos tratado por todos los medios de sostener un concepto
distinto.
Es de conocimiento público las
enormes diferencias que hemos tenido por el asunto de los sucesos
violentos que fomentaron y organizaron las patronales lecheras en
Rosario, sin embargo ello no condicionó nuestro acompañamiento
solidario en todo momento.
Lo mismo podemos decir de la forma en
la cuál hemos puesto a disposición de todos los sectores la
utilización y el compartir el local ocupado por los trabajadores en
La Toma a todas las corrientes del movimiento obrero y popular sin
distinciones de ningún tipo.
Nosotros estamos convencidos que la
solidaridad que se brinda es para fortalecer las posiciones de lucha
y de organización del movimiento obrero y popular, no para recibir
algún pago en “lealtades” ideológicas.
En el conflicto de los supermercados
Lorena Eki nuestro máximo orgullo fue impulsar el acompañamieto
solidario de todos los sectores (especialmente los que más nos
critican) y jugarnos con todo por fortalecer el reclamo sin aspirar
siquiera a un centímetro de figuración al respecto... Nuestro
triunfo no son las fotos, son los compañeros trabajando y la
patronal debiendo reconocerles la antigüedad...
¿Qué clase de solidaridad se brinda
cuando se especula con la “captación” ideológica de los
compañeros que necesitan de nuestro apoyo???
Compañeros, compañeras, estamos
seguros que si nos detenemos un segundo a reflexionar sobre este
concepto veremos la enorme deformación que se ha ido imponiendo por
confusión y exagerado fraccionalismo entre los integrantes del
movimiento obrero y popular.
SOLIDARIDAD POR UN LADO, DEBATE DE
IDEAS POR OTRO
Creemos que es un gran error haber
mezclado la práctica de la solidaridad con nuestros hermanos de
clase en lucha, con el necesario debate franco y duro entre
posiciones que sustentamos los distintos sectores de militantes de
las distintas corrientes del movimiento obrero y popular.
Para nosotros allí está la raíz de
un concepto altamente equivocado que si bien, Micheli lo expresó con
crudeza, no es el único que lo sostiene.
Consideramos que es hora de revertir
esta confusión y este problema.
Por supuesto, que cada organización
tiene el derecho de decidir de qué forma y de qué manera acompañará
o no un reclamo.
Tiene derecho, incluso, a ignorar una
lucha, si no considera que determinada experiencia sea digna de
acompañamiento.
Es
un
legítimo
derecho
expresar
dentro
de
su
voluntad
o
dentro
de
sus
posibilidades
la
forma
en
la
cuál
una organización decide
acompañar
un
conflcto
de
trabajadores,
lo
inadmisible
es
condicionarlo
o
pasarse
abiertamente
al
boicot
o
al
enfrentamiento
“porque no nos
pagaron como esperábamos”...
Nuestra experiencia de militancia nos
ha enseñado que la solidaridad fortalece al conjunto del movimiento
obrero y popular.
Nos fortalece brindarla con aquellos
compañeros que no comparten nada de lo que hemos realizado en años
de militancia y lucha, nos fortalece brindarla a quienes nos difaman
o a quienes nos han prohibido difundir nuestros reclamos inclusive en
actividades realizadas dentro de La Toma.
Por supuesto, que existen enormes
posibilidades de que estemos equivocados y que el concepto que
considera a la solidaridad como bien de cambio esté más ajustado a
las reglas de cierta lucha política o para escalar posicionamientos
en cargos de representación o para obtener cierta figuración
mediática.
De nuestra parte consideramos que la
solidaridad se brinda sin esperar nada a cambio. Y que las ideas
divergentes deben ser discutidas en otros ámbitos y situaciones.
Que
mezclar
los
conceptos
y
pasar de
la solidaridad
al boicot por
diferencias
de
posicionamientos
es
una
acción
desgraciada
que
atenta
contra
el
conjunto
de
los
sectores
populares.
Esperando que estas ideas ayuden al
conjunto de la militancia obrera y popular aprovechamos para
saludarlos fraternalmente.
Carlos Ghioldi
Discutido y aprobado por
los integrantes de la
COMISIÓN
GREMIAL
Diciembre
de 2012